La vida cotidiana sufriendo violencia psicológica, verbal, y física en casos graves, concluye en convertir tu vida en una tortura donde , si te dejas hundir, sentirás cada día más sometimiento, angustia, pocas fuerzas o energías, culpa, miedo; y de aquí en más aparecerán fobias o estados de pánico. Es imprescindible detectar la violencia emocional o psicológica desde los comienzos, los primeros maltratos son claves para poner freno y límite en la relación, plantear pautas y soluciones para poder seguir, o bien en casos de obstinación y repetición de maltratos , terminar la relación antes que avance la violencia.
Sin embargo Tú , como muchas mujeres, probablemente ya estés encerrada en este círculo de maltrato, quizás de años, y te encuentras con un vacío mental que no sabes para donde ir. Estarás viviendo deprimida y nerviosa, y esta ansiedad que crece si no es tratada a tiempo, te conduce al consumo inevitable de fármacos. Al principio estarán recetados por un médico psiquiatra derivada por el psicólogo con quien estarás comenzando una terapia, pero con el tiempo mientras quizás la violencia instalada en tu pareja continúa, abandonas la terapia (como se da en muchos casos de mujeres con estos problemas ) y te sigues automedicando con ansiolíticos y psicofármacos , usados en estas instancias para poder sobrevivir en este clima de maltratos , como si fueran una apoyo o un remedio mágico para desaparecer por unas horas los síntomas que tienes.
Estos psicofármacos, también llamados psicotrópicos, actúan sobre el sistema nervioso central produciendo una alteración de los estados mentales o emocionales, produciendo cambios en la conducta. Tienen dos efectos principales: sedantes y estimulantes. Las mujeres entre los 30 y 59 años constituyen casi el 22% son las que más consumen tranquilizantes.
“Viví violencia verbal y física en mi pareja durante años.., mi marido se fue y tuve que criar sola a mis pequeños de 2 y 4 años. Comencé a tomar tranquilizantes y hacía terapia, un año después dejé de ir y seguí automedicándome, sentía que no podía hacer las cosas diarias (llevar a mis hijos a la escuela, trabajar, etc.) si no tomaba los ansiolíticos. Me volví adicta y son importantes para afrontar cada situación de mi vida…Lo que siento muchas veces es que afecta un poco mis reflejos algunos días… como hoy que volvía de retirar a mis hijos de la escuela y no ví el auto que venía a gran velocidad cuando cruzaba la calle con los niños…por unos centímetros nos salvamos de ser atropellados…..”
Las mujeres somos el grupo principal de consumidoras de psicofármacos, y dentro de éstos los tranquilizantes son los más recetados. Muchas mujeres utilizan estas drogas diariamente y por muchos años, y sus organismos están corriendo el riesgo de volverse adictivos, con sus consecuencias peligrosas. Como estas drogas actúan sobre el sistema nervioso central se producen efectos colaterales no deseados tales como: somnolencia, visión borrosa, torpeza motriz, dificultad en la concentración y la memoria, depresión, irritabilidad, cambios en el sueño, como así tambien disminución de ganas de tener contactos sociales y pérdida de la motivación.
En situación de peligro, donde se requieren los reflejos rápidos, los efectos de los psicofármacos pueden ser contraproducentes dada la lentitud en los reflejos que provoca. Especialmente en las mujeres maltratadas consumiendo tranquilizantes y con dificultad para alejarse de la pareja abusadora, les faltan reflejos para evitar los golpes y no pueden pensar con claridad, sus mentes están como lentas y no pueden encontrar solución alguna a las situaciones que viven.
Además de los efectos colaterales, está el grave problema de la dependencia, ya que Tú estás habituada , le tienes “confianza” al consumo de tranquilizantes y te resultan “indispensables para continuar con tu vida”. Entonces la violencia de género como otras tantas situaciones de responsabilidad y carga muy grande sobre la mujer (tal como el abandono, en especial con hijos pequeños, no tener donde ir, no contar con trabajo, o tener un trabajo mal remunerado, tener la doble responsabilidad de ser mamá y papá, etc etc..) , contribuyen en gran parte a que las mujeres seamos las principales consumidoras de psicofármacos.
Las familias y las sociedades en general están muy mal, tienen mucho por ocuparse de solucionar, si estamos viendo que una de cada diez mujeres adultas necesita drogarse para hacer frente a su vida diaria.
Esta forma de vida tormentosa, violenta, medicada, donde se te dificulta pensar, donde crees que esas pastillas “son tu salvación” , tiene que terminar! , Tú debes “darte cuenta” que puedes salir de la violencia, paso a paso, y en primer lugar valorándote como persona, comenzando un tratamiento con profesional idóneo (en casos de violencia y depresión avanzadas, como en casos de automedicación de largo tiempo) , y de allí en más con la mente más clara , comenzar a transitar el camino de liberación, recuperando tu autoestima y saliendo del círculo del maltrato. Es imperioso cortar la dependencia de fármacos y tener tu mente clara y todos tus reflejos acordes a las necesidades que tendrás que pasar.
Busca ayuda profesional y mientras sigue estos consejos:
- Toma conciencia de que situaciones que se han mantenido por meses o años, no se pueden solucionar en un día, debes ir paso a paso con paciencia , y sin abandonar.
- Debes recuperarte como persona, como mujer, recuperar tu autoestima y tu dignidad.
- Cada paso cuenta, por pequeño que te parezca cada paso es importante, se hará seguir adelante descubriendo una vida diferente, con buenas oportunidades.
- No te sientas culpable ni responsable por lo que estás viviendo.
- Ten en cuenta que los agresores se vuelven más violentos con el tiempo. Debes actuar ahora! aunque sientas miedo o te sientas aturdida, actúa! tu seguridad y la de tus hijos depende de ello.
- No toleres la violencia por miedo a perder objetos (propiedad, la heladera, el equipo de música etc), las cosas materiales pueden reponerse en un futuro, no des más importancia a los bienes materiales que a tu propia vida! Despierta! puedes perder tu salud y peor aún “perder tu vida” por tolerar más violencia.
POR LA ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA EMOCIONAL, PSICOLÓGICA Y FÍSICA EN LA PAREJA Y LA FAMILIA.
